Wednesday, January 25, 2006

Arqueología de Ancash

A partir de la última década la región de Ancash a sido objeto de numerosas investigaciones arqueológicas, que aún continúan; la gran cantidad de sitios registrados hasta la fecha, afirman que este territorio es una de las regiones más densas en cuanto a sitios arqueológicos, sitios que se extienden por las diversas épocas o períodos del desarrollo prehispánico. Es a partir del siglo XIX que se señala la importancia de la región de Ancash, acrecentándose los trabajos científicos en los años posteriores (siglo XX y los del presente siglo), surgiendo más preguntas que respuestas sobre aspectos que en algún momento se daban por resueltos tácitamente. Para el período precerámico los trabajos de Grieder y Bueno en el sitio de La Galgada, aportaron valiosos datos sobre la tradición religiosa de fogones con ventilación, los cuales se halla además en otros sitios, como Huaricoto, Kotosh y Piruro, siendo una incógnita aún el orden del desplazamiento de esta tradición, por un lado (Bueno 2003: 67) señala que a esta tradición se inicia en La Galgada y luego se desplaza hacia otros lugares, cuyos fechados son casi contemporáneos, teniéndose las fechas Tx – 2463: 2,260 +/- 187 20 a.C. para La Galgada (Bueno 1981: 53) y la fecha GaK-766b 1950 +/- 100 para Kotosh (Onuki 1994: 74), mientras que para Piruro se tiene un fechado de 2500 a.C. sin identificación (Bonnier et al 1985: 100). Si tenemos en cuenta que todos los fechados están sin calibrar, deja un margen muy estrecho para asumir desplazamientos, en especial en épocas tan tempranas. Como resultado los problemas de fechados se convertirán en un tema de debate en los próximos años, con los nuevos métodos de calibración de los mismos. Los trabajos que actualmente lleva a cabo Bueno en el monumental sitio de Tunshucaiko, cuya cronología se remontaría entre los 2550 – 1600 a.C. esperamos puedan dar a conocer las similitudes entre este sitio y La Galgada para esta época. Esperaremos hallar un pozo con fogón central en Tunshucaiko o simplemente las huellas de incineraciones de ofrendas?; tal como sucedió para Huaricoto, donde la tradición religiosa no se interrumpió durante unos 2000 años, inclusive en la época Chavín (Burger 2003: 49). En el trabajo de Burger vemos que la cerámica aparece en la sierra de Ancash hacia los 1800 a.C. con el estilo Toril, fragmentos de este estilo han sido reportados en la región de Conchucos en el sitio de Huarijircan en Huari (Amat 1974: 89, 124). En el Formativo Medio u Horizonte Temprano, período que corresponde a Chavín, las secuencias estilísticas obtenidas (Burger 1998, Lumbreras 1989, 1993), provienen del Templo de Chavín y sus alrededores, nuestras prospecciones en las micro cuencas del Huaritambo, Rurichinchay, y Pushka, revelan la casi total ausencia de material netamente Chavín, lo que significaría que correlacionar secuencias en una misma mircroregión no es posible. Ya que la secuencia estilística que se maneja, se cumple sólo para Chavín y sus alrededores, pues 10 Km fuera de esa área el panorama es diferente, es necesario trabajos de secuencia estilística correlacionadas con fechados radiocarbónicos para poder establecer secuencias a nivel regional o micro regional. Más aún con los problemas de cronología que presenta el templo de Chavín de Huántar, Rick manifiesta no existir evidencia confiable para esta cronología (1998:208). En resumen ¿podremos considerar la secuencia estilística cerámica de Chavín de Huántar como un reflejo en la cuenca del Puccha?. Las investigaciones sobre el Intermedio Temprano, caracterizado por la presencia de la Cultura Recuay, ha sido abordado en los últimos años (Lau 2000, 2001, Orsini 2001, Gero 1999), llegando a desarrollarse temas sobre iconografía, cosmovisión, manejo de espacios, entre otros. Acerca de la cronología Wegner manifiesta que hay dificultad de inferir diferencias temporales dentro del estilo Recuay, dado que no existen mayores datos acerca de la procedencia de los contextos funerarios y de excavaciones llevadas a cabo en basurales o sitios de habitación. La mayor parte de las piezas cerámicas expuestos en los diversos museos provienen de contextos funerarios, sean excavados como es el caso de Pashash (Grieder 1978) o simplemente reunidas por los pobladores de contextos desconocidos (Wegner 2001: 11). En este período numerosos asentamientos han sido registrados tanto para el Callejón de Huaylas (Lau, Alcalde, Soto y Wegner en este volumen) como para la región de Conchucos (Amat, Orsini, Herrera, Diessl e Ibarra en este volumen), notándose en el Callejón de Huaylas la existencia de asentamientos fortificados, además de armas líticas (Lau en este volumen pp. 138). Para la región de Conchucos, específicamente en el valle de Chacas, Orisni (en este volumen pp.167), reporta la presencia de asentamientos fortificados en las punas; Herrera (en este volumen pp. 237-238), reporta asentamientos de puna, al parecer no fortificados. Para la cuenca del Puccha los asentamientos ocupan las laderas, no habiéndose encontrado sitios fortificados para este período (Ibarra 2004: 268-271). Amat menciona la presencia de un sitio fortificado llamado Upayacu muy cerca a San Marcos (Amat 1974: 231), pero luego señala el mismo sitio, como un adoratorio, sin mencionar las características de fortaleza (Amat 1976: 198). Nuestra visita al lugar, nos lleva a confirmar que dicho se trataría de un «Adoratorio». Como conclusión vemos que en la región de Conchucos, sólo los asentamientos de puna en la zona de Chacas son fortificados, siendo Chacas una de las zona de transito entre Conchucos y Huaylas. Se desconoce las características de los asentamientos para la zona de Pashash. Un aspecto interesante ha surgido a partir de la Mesa Redonda de Arqueología de la Sierra de Ancash (realizada en Cambrigde en 2003) es el estudio de las estructuras funerarias, y una clasificación consensuada de las mismas. Al margen de la clasificación, lo notable es que desde el Intermedio Temprano al Horizonte Medio, el patrón de soterrados o tumbas semisubterráneas, varia hacia chullpas, desconociendo las características de las tumbas en el Horizonte Temprano, aunque se ha ubicado una tumba que correspondería a este período, (Herrera, comunicación personal 2003) la cual consiste es una cista de planta rectangular a ovoidal (Herrera, Lane y Advincula 2002), y en La Galgada, (Grieder, 1997:112) señala la existencia de tumbas en el montículo norte para el período precerámico. Por otro lado, la cerámica es un indicador para determinar la extensión de Recuay, la cerámica Recuay se caracteriza por poseer pasta caolinita, con decoración en pintura negativa, cuyos diseños (como los señala Wegner pp.127 – 133) son mayormente geométricos (rombos, líneas, ondas) y motivos estilizados (Amat pp. 118). Sin embargo, vemos que la cerámica que procede de la parte más oriental del área de Conchucos, (es decir cerca al río Marañón) es diferente, a pesar de la pasta de caolin (Herrera comunicación personal 2003, Ibarra ms). Alcalde ( en este volumen pp. 400), plantea la hipótesis acerca de la difusión de la cerámica Recuay, proponiendo que ésta se difundió desde Pallasca hacia el Callejón de Huaylas al sur, apoyando la ropuesta anteriormente planteada por Bueno (1989:42). Examinando los fechados existentes para ambos extremos, tenemos en Pashash el fechado Tx-1332, 1610+/- 1700 [243 – 638 d.C. sigma 1] y para Chinchawas el fechado AA32365, 1710+/-50 [256 – 408 d. C. Sigma 1], lo cual nos indica que dichos sitios son contemporáneos; la cerámica Kayán está asociada a la cerámica de estilo Recuay (Lau 2001: 23), mientras que en Pashash corresponde a la sub-fase Quimit de Recuay. Por lo tanto la no es posible que ésta se halla desplazado de norte a sur. Un período muy discutible es el Horizonte Medio y la Expansión Wari, a raíz de la publicación del Coloquio Wari – Tiwanaku (Lima 2002), vemos que el estado de las investigaciones apuntan a reducir cada vez más el área de influencia Wari, y afirmar la existencia de Estados independientes. Un sitio asignado a este período es Honcopampa, ubicado en el Callejón de Huaylas, estudiado por Vescelius y Amat en la década de los 60 (Buse 1965), posteriormente excavado por Isbell (1989, 1991) y Tschauner (en este volumen pp. 193-220). Al respecto, Isbell sostenía que las formas de patios concentrados y estructuras en forma de «D» era suficiente indicador como afiliarlo a Wari, mientras que Tschauner en un análisis de la mampostería, y de las formas arquitectónicas existentes en el sitio, llega a concluir que Honcopampa tiene más diferencias que similitudes con Wari, por ello plantea que este centro sería la sede de un señorío local durante el Horizonte Medio y comienzos del Intermedio Tardío. En las excavaciones de Isbell (1991) se revela la presencia de cerámica Recuay hecha de caolinita, lo cual nos sugeriría la antigüedad del sitio. Por otro lado Tschauner (en este volumen pp. 218) señala que un rasgo significativo de Honcopampa es la presencia de chullpas, las cuales no existen reportes de su presencia en la región de Ayacucho. Lau (2002: 279-304) señala que la presencia de chullpas, durante el Horizonte Medio en el Callejón de Huaylas, es una demostración del poder de los señores locales frente a la influencia Wari, poder que se va traducido en la representación en algo tan importante como el culto a los ancestros -como una manera de inmortalizarlos-. En la cuenca del Puccha, los asentamientos exclusivamente del Horizonte Medio no han sido identificados, igual sucede en la cuenca del Yanamayo (Herrera 2003, 2005); nuestras excavaciones en el sitio de Chuspijirka, revelan estructuras en forma de «D» cuya forma es el resultado de ampliaciones y adhesión de muros, esperamos en los próximos años contar con más información. El estudio de los períodos tardíos, es poco realizado y difundido, a pesar de la gran cantidad de asentamientos, debido a un problema, sucede que la cerámica (elemento que nos permite hacer asociaciones cronológicas) es muy escaso, pues la mayoría son fragmentos «toscos» con escasa decoración, sumado a que las características de los asentamientos son muy similares lo que dificulta hacer asociaciones entre estos con determinados grupos étnicos. El trabajo de León Gómez (2004) es pionero pues aporta importantes datos sobre los grupos étnicos a finales del siglo XVI, en base a documentos históricos; que nos ayudan a tener un punto de apoyo para la diferenciación arqueológica de los distintos grupos étnicos.
El presente texto corresponde a la introducción del libro:
Bebel Ibarra (editor)
2004 Arqueología de la sierra de Ancash: propuestas y perspectivas. Segunda edición.
Instituto Cultural Rvna. P 524. Lima

Tuesday, January 24, 2006

El sitio de Marcajirca

El Sitio arqueológico de Marcajirca se halla ubicado a 147 Km al este de la ciudad de Huaraz, en la provincia de Huari, políticamente pertenece al distrito de Cajay, y al anexo de Chinchas. Su ubicación geográfica es UTM. 2 66013 E y 89 63521 N. a una altitud: 3,807 m. s. n. m., ocupa un área aproximada de 18 hectáreas.

Descripción
El sitio se halla dividido en dos sectores, el primero al parecer ceremonial, y el segundo de carácter domestico.

El sector uno o ceremonial, se halla en la parte alta del sito, y al extremo norte, la diferencia de nivel es de aproximadamente de 60 metros, existiendo unas graderías que comunican el sector doméstico con el ceremonial. Básicamente está formado por plataformas superpuestas formado pequeñas “pirámides”, la parte elevada de éstas es de forma circular, se han podido contar un número de 4 plataformas, con diámetro variante entre 4,5 y 6.5 m. Todas perfectamente alineadas, la arquitectura de estas plataformas es a base de piedras grandes, que forman muros de contención, además algunas presentan muros de retención a manera de cerco.

El sector doméstico ocupa la parte baja del sitio, y se halla separado del sector I o ceremonial, por las graderías y una serie de murallas, 3 de ellas sólo se prolongan por el lado este (chichas) y la última que prácticamente encierra al sitio se extiende por ambas márgenes del cerro (este a oeste), la altura varia entre 3,50 y 3,90 m. Esta muralla es de forma sinuosa siguiendo la topografía del terreno, en la base es más ancha y se va adelgazando conforme adquiere mayor altura, formando pequeños aleros hacia el interior (el lado que da al sitio), también se puede apreciar piedras sobresaliente a manera de peldaños. La parte superior de la muralla se halla cubierto por lajas de piedra que sobresalen un poco a ambos lados, estas lajas sirvieron como protección para las lluvias. El material usado fue la piedra unida con argamasa de barro, las piedras son grandes sobretodo en la base alguna de ellas tiene un metro de altura, sólo existe un tramo de 10 metro aproximadamente (lado este) que se halla hecho de piedras medianas y de un aparejo muy regular, pareciéndose a un acabado isodómico, esta muralla limita por ambos con un precipicio. La muralla hacia el lado este se halla en buen estado de conservación sólo un tramo de 3 m, (este lado de la muralla tiene un largo de 55m.) se halla caído pero con posibilidad de arreglarse sin poner en peligro la estética del sitio. La muralla hacia el lado oeste se halla también en buen estado a excepción de un tramo de 3 m. Que fue derrumbado para que la gente transite dentro del sitio (campesinos que van a sembrar, pastear ganado y los visitantes )

Es este sector es donde existen, recintos de forma circular, muros de contención, terrazas, patios, plazuelas y chullpas hechas de piedras canteadas, unidas con argamasa de barro, la gran mayoría de las chullpas presenta restos humanos, tanto de adultos como de niños, los techos de algunas de ellas se encuentran en mal estado de conservación, generalmente derrumbados y hacia el precipicio se halla reforzada por muros de contención que circundan todo el sitio.

Presenta un sistema de caminos que recorre el lugar del norte y es muy probable que se uniera al Camino Inca que pasa cerca a la orilla del río Huari. El otro ramal sube de la orilla del río Pushka cerca de Pomachaca, por donde también pasa el camino Inca. Existe un impresionante tramo de 20 m. que está hecho de lajas delgadas de 60 cm. Sobre otra de menor tamaño, las cuales se encuentran incrustadas en la fractura de una enorme peña, que tiene una inclinación de 60° y que tiene una caída de 18 m. hasta el piso.

También se ha podido registrar pinturas rupestres, de color rojo con diseños abstractos, uno de ellas se halla encima de un estructura funeraria del tipo II, y la otra en una piedra aislada a 7 m. al sur.

Las Estructuras Funerarias

Las investigaciones realizadas en el sitio de Marcajirca, nos revelan una gran variedad de éstas, las cuales hemos clasificado en tres tipos, que poseen características morfológicas peculiares y que se repiten en algunas sitios de la cuenca del río Puccha.

Tipo I (Chullpa): Se han identificado 37 y se caracterizan por tener una arquitectura vertical, construida con piedra y argamasa de barro, techo cónico a base de lajas de piedras delgadas superpuestas, accesos a desnivel o elevados, con dimensiones de 40 x 45 cm. como promedio, la orientación de estos no obedece a un patrón determinado, es muy distinta la una de la otra., al interior presentan una serie de piedras sobresalientes a manera de "colgadores", en las esquinas lajas más gruesas unen las vértices de las paredes, algunas de estas estructuras presentan huellas o restos de enlucido de color rojizo (el enlucido se caracteriza por una arcilla muy fina con presencia de paja muy delgada).

Algunas de las estructuras poseen techos casi planos también a base de lajas delgadas de piedra, otras poseen dos niveles y dos accesos uno para cada uno de ellos, el techo casi plano, aunque el número de estas es poco en comparación con las de un solo nivel (3), presentan hornacinas al interior. En la mayoría de la estructuras de este tipo, se puede observar restos óseos, incluso en las que están derrumbadas.

Tipo II: Se ha podido identificar un número de 8, no descartando que existan más, se caracterizan por hallarse debajo de grandes rocas, donde se construyeron pequeños muretes que delimitan un área y un acceso. El área delimitada depende del tamaño de la roca, pero generalmente es de 1,5 m2. La presencia de restos óseos es evidente, algunas de ellas sólo presentan cráneos, y algunos con remodelaciones siendo el tipo seudo-circular el más común.

Tipo III: Este tipo, se presenta mayormente al interior de estructuras circulares existentes en el extremo sur, su carácter de intrusivo es evidente, se caracteriza por ser pequeñas de aparejo muy irregular, techo de lajas pequeñas, algunas de ellas, son solo partes de muros debajo de una piedra grande (pero al interior de la estructura). La mayoría de éstas todavía presentan restos óseos.

Conclusiones
Ya que el sitio està siendo investigado actualmente, no es posible hacer algunas conclusiones finales sobre este sitio, la cronología del mismo viene siendo redefinida en base al nuevo material recuperado.
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Vista Panorámica de Marcajirca


Vista Panorámica del sector residencial-funerario

Vano de acceso de las viviendas

Chullpas en el sector residencialChullpas "mellizas" en la parte alta de marcajirca
Chullpa Mayor
Chullpa
Chullpas Tumbas pegadas a rocas Tipo II

Trabajos de Investigación y Limpieza durante 1999
Limpieza del sitio en 1999 con la Municipalidad y alumenos de los colegios

Friday, January 20, 2006

Historia del Proyecto Huari



Este proyecto comenzó en 1997, contó con el auspicio de la Municipalidad de Huari, y el entonces Alcalde Florencio Álvarez, el objetivo en ese año fue a hacer exploración para conocer el potencial de los sitios arqueológicos, es decir un inventario de los sitios en cada provincia de Huari, para lo cual se recorrió a pie cada uno de los 16 distritos de Huari, excepto Anra (perdón a los de Anra por la omisión), con esta metodología se logró registrar 104 sitios (en la actualidad tenemos registrados 123 sitios) y en toda la provincia existen registrados 247 sitios (incluyen los trabajos realizados por Bebel Ibarra y Wilhem Diessl). El análisis de estos datos nos permitió determinar el patrón de asentamiento a lo largo de un periodo de tiempo que va del Horizonte Temprano (1200 – 300 a.C.) hasta el Intermedio Tardío-Inka (1532), así como la cronología relativa de muchos de ellos en base al análisis del material cerámico.

En el año de 1999, contando una ves más con el auspicio de la Municipalidad de Huari, y el entonces alcalde Edwards Vizcarra, se llevaron investigaciones en el sitio de Marcajirca, los trabajos consistieron en un levantamiento topográfico del sitio, un registro de las tumbas (dibujos y fotografiados), y una descripción detallada de mismo sitio. En ese entonces se determinó que el sitio presentaba dos sectores bien definidos el residencial-funerario y el ceremonial. Actualmente sabemos la existencia de un sector más que se halla a 500 metros del sitio siguiendo la ruta a Llamoq. El trabajo de investigación se llevo a cabo junto a 3 arqueólogos de la universidad de san marcos: Fernado Gutierrz Honores, Jorge Champi Farfan y Lilyan Soto Verde, y también contó con la colaboración del entonces estudiante del Pedagógico de Huari, Benny Mori Luna.

Además de hacer los trabajos de investigación se realizaron trabajos de limpiezas con el apoyo de toda la comunidad de Huari, se trabajo haciendo faenas comunales, donde participaron los alumnos del colegio Gonzáles Prada, Silvia Ruff , el colegio de Cajay y el Virgen de Fatima de Huari, también participaron todos los trabajadores de la Municipalidad de Huari, ademas de vecinos entusiastas que vinieron voluntariamente. Por otro lado personas de Chinchas, Guayllabamba y Huaritambo, fueron contratadas por la Municipalidad para hacer la limpieza. Eran cerca de 500 años que el sitio habia sido abandonado.

Durante los año 2000 y 2001, se continuaron con trabajos de reconocimientos, principalmente en el valle de Huaritambo, es decir en el mismo distrito de Huari, en el 2000 la Municipalidad de Huari, junto con el Instituto Kuntur realizan una limpieza del sitio de Marcajirca, y la señalización de los mismo, para dicha señalización el proyecto arqueológico elaboro los texto de los paneles que se encuentran hoy en el sitio. En el 2002 son invitados a realizar trabajos en Huari, la misión arqueológica-antropológica de la Universidad de Bologna, finalmente los trabajos de la parta antropológica se concentraron en Huari, y vienen siendo llevados hasta la fecha, bajo la dirección de Sofia Venturoli.


Durante el 2003 y 2004, no se hizo mucho, se siguió recorriendo pocos lugares, las razones económicas la principal razón, pero esto nos dio tiempo para prepara la publicación, titulada: Arqueología de la Sierra de Ancash: propuestas y perspectivas, editado por Bebel Ibarra Asencios y publicado por el Instituto Cultural Rvna, esta obra reúne 17 ensayos sobre la arqueología de Ancash, de investigadores de las principales universidades de Norteamérica y Europa. A la fecha se ha publicado una primera edición y una reimpresión de la misma (2003), y una segunda edición (2004), la segunda edición contiene mas artículos. Actualmente se encuentran agotadas todas las ediciones, que suman un total de 750 libros. En el 2003 el proyecto continua apoyando los trabajos de la misión antropológica de la universidad de Bologna.

En al año 2004, regresa el proyecto, con nuevos objetivos, la experiencia ganada en Europa, gracias a la participación en varias conferencias en varias universidades de Europa, como Cambrigde University en Inglaterra, Universidad de Bologna en Italia y la Maison de l’amérique latine en Francia, hace que el proyecto decide cambiar de estrategia, y realizar trabajos más intensivos y focalizados, además de incluir a jóvenes arqueólogos de ascendencia huarina. Es así que se realizan trabajos de excavación en el sitio de Chuspijirca, localizado a 1km al norte de Huamparán, a escasos 5 minutos de la carretera, a la altura de Pachachaca. Estos trabajos llevados a cabo con apoyo de la Municipalidad de Huari y el alcalde Cesar Asencios Villavicencio, quien nos proporciono transporte y viveresy estudiantes de la Universidad de Bologna y la Universidad de san marcos y un estudiante del Instituto Pedagógico de Huari. Estos trabajos dejaron a la luz una ocupación muy temprana, casi contemporánea a Chavin de Huantar, es decir 300 años antes de cristo (cerámica huaras blanco sobre rojo), pero no dudamos que la ocupación pueda ser mas antigua, puesto que no llegamos terminar las excavaciones y poder llegar hasta la ocupación inicial, es un trabajo que queda pendiente. Chuspijirca, un hatuncorral de cerca 200 de diámetro, encierra una serie de patios circulares a desnivel, un sitio realmente interesante, cuya función, aun no podemos inferir. Mientras tanto el proyecto continua apoyando a la mison antropológica, en su segundo año de investigación, es junto con la directora, Sofia Venturoli y Bebel Ibarra, dan una charla en el instituto Pedagógico de Huari, explicando los trabajos que se viene realizando, en la charla la presencia de alumnos fue notable, así como también la ausencia de los profesores, pero esa es otra historia.

Llegando ya al 2005, el proyecto, después de reflexionar sobre lo que significa hacer excavaciones (especialmente el costo económico), decide concentrarse definitivamente en el sitio de Marcajirca, para lo cual se llevaron trabajos de excavación, se termino de hacer los trabajos de topografía, esta vez éramos más, 10 personas viviendo en el albergue que existe en el sitio, el proyecto para ese año decide ampliar la participación de estudiantes, es así que recibimos la colaboración de estudiantes de universidades de Italia, USA, Perú, Francia y un alumno de Instituto Pedagógico de Huari. Para el 2005 recibimos la ayuda de la municipalidad de Huari, ayuda en víveres y transporte. Los trabajos están dirigidos a poder obtener la cronología del sitio, saber de las reocupaciones que pudieron existir, los modos de vida de los antiguos pobladores de Huari, en especial de los aspecto rituales ligados a los muertos, los ancestros.
En el 2006, continuaremos con los trabajos de investigación, continuar con las excavaciones y con trabajos de antropología física, y el levantamiento topográfico de tercer sector de Marcajirca y del sitio de Llamoq.

Thursday, January 19, 2006

Rapayán y el Alto Marañón

Rapayàn es uno de los sitios màs conocidos de la provincia de Huari, he aqui algunas informaciones sobre este sitio y otros que se encuentran a su alrededor. En este caso presentamos los sitios de los distritos de Huacchis y Rapayán, que se halla en la margen izquierda del río Marañón, donde los sitios presentan una similitud, cabe mencionar que también el distrito de Paucas se halla en está margen, pero no presenta restos con las características de los otros dos.

En esta parte de Huari, la mayoría de los sitios ocupan la crestas de los cerros, y están comprendidos entre los 3,050 y 3,860 m.s.n.m. no se hallan sitios en la parte alta de los cerros que sobrepasan los 4,000 m.s.n.m. ni tampoco se ha podido localizar corrales, a diferencia de otros sitios del alto Marañón.

Los asentamientos más extensos a los que denominamos aldeas fortificadas, presentan murallas que rodean el sitios, tal es el caso de Gantu, Rurijahuan, Rapayán y Quellkall, donde la planta de la mayoría de las estructuras es cuadrangular, existiendo eventualmente circulares.

Los sitios de menor dimensión, se hallan sobre repisas o terrazas formadas por muros de contención, donde los afloramientos de roca son muy notorios, especialmente en los sitios donde hay “edificios” ya que por su altura necesitan una base bien sólida.

Existen sitios que por su ubicación en pequeñas cumbres rocosas muy escarpadas, sugieren una función militar, ya que éstas se hallan completamente cercadas por muros perimétricos y su acceso se da por un solo lado además de tener un acabado rústico como es el caso de Llinquey y Matacastillo.

Los “edificios” son muy variados morfológicamente pero su técnica de construcción es la misma, la funcionalidad de estos ha sido muy discutidas, pero podemos deducir que los que se hallan alejados de las áreas de concentración presenta en la mayoría de las hornacinas restos óseos, sirvieron como mausoleos y creemos que no han sido almacenes por lo reducido de su espacio ya que en cada hornacina entraría con dificultad un saco de papa o maíz además de hallarse alejados, fuera de las murallas y no presentan peldaños para subir. Todos los accesos están orientados hacia el este, por donde sale el Sol. Y alguna de ellas se hallan en sitios de difícil acceso como Alcayán.

Los “edificios” que se hallan dentro de las murallas se hallan frente a un patio y con los accesos orientados al interior, alguno de ellos presentan también restos óseos. La función de vivienda de élite es muy improbable por lo reducida de los espacios y la existencia de estructuras rectangulares con un buen acabado.

Existen también “edificios” que tienen el interior cilíndrico, con peldaños para subir, con el techo en de forma de media luna, generalmente ubicados en la esquina de las murallas, haciendo las veces de atalayas.

De todos los “edificios” estudiados, existe sólo uno cuyas dimensiones más de 21 m. de largo, 5.50 m. de ancho y 9 m. de alto, nos es difícil establecer una tipología.

La viviendas más típica de los sitios lo conforman, estructuras de planta rectangular, con acceso trapezoidales, hornacinas tipo “ánfora” a ambos lados del acceso que dan al interior, otro acceso trapezoidal que da un recinto de dos niveles no muy altos (separados entre sí por 1 m.). En algunas de las hornacinas se han hallado restos óseos, pero sólo un hueso o tres a lo más, según los pobladores algunas personas los han colocado ahí intencionalmente, ya que no existe ninguna evidencia de restos de fardos (fragmentos de tela), que es como se enterraba a los muertos.

De los sitios estudiados Cullkuy, presenta una disposición diferente a todas las demás, los muros son más bajos y las hornacinas se hallan a poca distancia del suelo, además que la técnica de construcción es diferente el usos de la pachilla se hace muy escaso y se utiliza piedras más grandes.

Las estructuras funerarias, son bien diversas y es difícil establecer sin son contemporáneas o son intrusivas, hemos podido distinguir las siguientes a) Corresponde a los “edificios” con hornacinas ya descritos, b) Un tipo de tumba con cornisamientos existentes sólo en el Complejo Rapayán, donde una de ellas presenta decoraciones pétreas en zig-zag, c) pequeñas tumbas ovaladas construidas en la ladera de los cerros a manera de cuevas d) Chullpas selladas de planta cuadrangular con techos de lajas planas, ubicadas dentro de los asentamientos y e) Chullpas de planta circular de 1 m. de altura, con accesos al ras del suelo, ubicadas en quebradas poco accesibles.

Se ha podido detectar etapas de construcción, donde la técnica de construcción varia ligeramente, va de un uso de piedras medianas con poca pachilla, a un uso de piedras delgadas con bastante pachilla, pero l más diagnósticos es el color de la argamasa, de lo cual podemos inferir, que las estructuras con una argamasa de color marrón claro son más antiguas y corresponde al tipo de tierra que existe en los alrededores del sitios, los muros con esta argamasa presenta adosados muros con argamasa de color rojo oscuro (la cual es más reciente y corresponde al tipo de tierra que se halla en la parte baja del sitio); la mayoría de las estructuras con argamasa marrón clara esta dada por muros de contención que forman las terrazas; en el caso del Complejo Rapayán podemos decir que su crecimiento fue a partir de la parte alta, donde las estructuras con argamasa de color rojo oscuro son menores, y es en esta parte donde existen muros de contención con piedras grandes unidas con una argamasa que los lugareños llaman calicanto, la cual es muy dura.

La existencia de un control de los caminos, tal vez como medida de protección lo cual es evidenciado por las estructuras a manera de “columnas”, que se hallan a ambos lado del camino y que están ubicadas a distancias regulares (casa cresta des pues de una quebrada), estos puestos de control comienzan en el primero de los sitios, que se halla en la parte norte del área estudiada (Quellkall), y de ahí continúan hacia el sur hasta llegar al Complejo Rapayán ubicado a 5 horas del primer control.
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Este texto es una versión resumida del artículo publicado en el Boletín del Museo de Arqueología de San Marcos en 1999, para ver la versión completa haga click en el siguiente link: http://arqueologiadeancash.blogspot.com/2005_09_01_arqueologiadeancash_archive.html