Sunday, October 31, 2010

El Camino Real Inka o Qhapaq Ñam de Huari

EL CAMINO REAL INCA O QHAPAQ ÑAN DE HUARI:

INVESTIGACIÓN EN EL DISTRITO DE HUACHIS

Bebel Ibarra Asencios

Arturo Noel Espinoza

Carlos Escobar Silva

INTRODUCCIÓN

El presente artículo es una síntesis del resultado obtenido en el marco del desarrollo de las labores de registro arqueológico y acciones de Conservación Integral del camino prehispánico y los vestigios asociados a lo largo del tramo que une la localidad de Pomachaca, el C. P. de Castillo y el anexo de Soledad de Tambo en el distrito de Huachis.

Estos trabajos fueron realizados gracias al apoyo brindado por la Municipalidad Distrital de Huachis yla Municipalidad Provincial de Huari, y formaron parte del Proyecto Inka Naani, auspiciado por la Municipalidad de Huachis a través de la ONG. Kuntur.

La intervención arqueológica permitió establecer las causas de las afectaciones y proponer las acciones posteriores y consideraciones acerca de la importancia y urgencia en la toma de medidas para salvaguardar el referido camino y aquellos sitios prehispánicos asociados, dado su significado primordial y, en general, su legado patrimonial en el ámbito cultural para el desarrollo de diversas comunidades.

TRASCENDENCIA DE LOS CAMINOS PREHISPÁNICOS EN LOS ANDES CENTRALES

Dejando de lado la denominación “Inka Naani”, la definición del “Qhapaq Ñan”, parece ser consensuada, en tal sentido Lumbreras (2004a: 5) señala que constituye el “...camino principal de una extensa red de comunicaciones que se había organizado a lo largo de los muchos siglos de la civilización andina y que los Incas del Cusco habían articulado en el siglo XV, como parte de un proyecto político integrador, llamado Tawantinsuyu”, “...de donde se desprendían una serie de caminos laterales que vinculaban el eje longitudinal con todos y cada uno de los asentamientos humanos instalados en las cimas, laderas y quebradas de la cordillera.” (Ibíd.: 9). “En términos de patrimonio arqueológico es, sin duda, el mayor monumento que se conoce en el continente americano y que es compartido por seis países andinos.” (Ibíd.: 17).

Es indudable que el Perú prehispánico, milenario, tuvo un continuo de expresiones culturales que respondieron a una serie de necesidades, cada una con particularidades enmarcadas en diversidad de entornos geográficos, manteniendo contactos con grupos humanos que fueron complejizando sus formaciones sociales, políticas y económicas.

Una respuesta a la necesidad de manejar longitudinal y verticalmente el territorio, en gran medida agreste, fue la conformación de rutas que permitieran el acceso a recursos de distintos pisos ecológicos (Brack 1983); los productos eran conducidos a través de largas distancias, pero también, las ideas, las costumbres, los conocimientos en distintas ciencias (astronomía, arquitectura, religión, etc.). “La fundación y rápido crecimiento de tantos establecimientos (tampu y centros urbanos) en la red de caminos del territorio incorporado al Tawantinsuyu, fueron esenciales para la política expansionista y control territorial” (Gasparini y Margolies 1977: 106).

Hoy se sabe que la acumulación de experiencias, en torno a la consolidación de un sistema vial integrador, tuvo su apogeo durante el Tawantinsuyu. Al respecto, Martínez (2004: 19) opina que “elQhapaq Ñan aglutinó en un solo sistema la infraestructura previa de los diferentes territorios...”. En ese sentido, Lumbreras (2004b: 6) agrega que “...el ´camino Inca´ es más bien un estupendo proyecto político de integración trans-regional que una maravillosa obra de ingeniería. Pero eso no lo podremos saber si no se asume que su estudio debe ser diacrónico, no sólo para encontrar la historia de los diversos proyectos de integración andinos, pero para entender la mecánica estructural de la red de comunicaciones que funcionó entre los antiguos pueblos de los andes.”

ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS E HISTÓRICOS DEL CAMINO PREHISPÁNICO EN HUARI.

La red vial del camino prehispánico constituye una obra monumental que trasciende el territorio peruano, el cual presenta una manifiesta planificación y jerarquización en las diferentes edificaciones asociadas a este; así como también, revela una especialización en su construcción, en concordancia con ciertas actividades socioeconómicas, lo que permite inferir distinciones de estamentos sociales entre los habitantes que se asentaron a lo largo de dicho sistema vial.

Alguna vez el camino prehispánico y las rutas transversales, incluyendo el camino costero -que Hyslop (1992) y otros viajeros apenas pudieron avizorar- y aquellos que penetraban hasta la selva, integraron un extenso territorio. “El Qhapaq Ñan no sólo ´heredó´ parte de su infraestructura de períodos anteriores, sino que también trascendió a períodos posteriores. La Colonia asume parte de ésta, aunque dotándola de un significado y un uso diferente que marca el principio del fin de la integración del territorio andino.” (Instituto Nacional de Cultura 2004: 37). (Fig. 1).

Las labores que se han de mencionar en el presente artículo aportan resultados cuya información permite aproximarse a la definición de las características de la formación socio-económica, modo de vida (incluyendo sub modos) y cultura de los grupos sociales que habitaron el área de estudio. Cabe señalar que la metodología empleada conlleva un análisis, interpretación y síntesis de las evidencias, a fin de que se conozca el significado en relación a sus manifestaciones culturales, el uso y adaptación al medio circundante, tecnología empleada y las actividades sociales, económicas, políticas y religiosas que pudieron darse.

En principio, la longitud que abarcó la red vial en tiempos prehispánicos y especialmente durante el Imperio del Tawantinsuyo resulta difícil de precisar, dado la falta de conservación e investigación. Sin embargo, se calcula que “... los Incas ampliaron el ámbito de sus relaciones, estableciendo una red de casi 35000 km, que llegaba hasta Quito por el Norte, y Santiago de Chile y Mendoza (Argentina) por el Sur.” (Lumbreras 2004a: 6). El Proyecto Qhapaq Ñan (llevado a cabo por el INC) estima que esta red vial alcanza los 25000 kilómetros sólo en Perú (Martínez 2004: 22).

Hacia la época de la conquista inca la actual provincia de Huari se hallaba dividida en varios señoríos independientes: las provincias de Pinco y de Huari. En lo que respecta a la zona de estudio debe mencionarse que la mayor parte de los documentos etnohistóricos señalan sólo la antigua provincia o grupo de los Pincos. Más no así la de los Huari; sin embargo, investigaciones realizadas en los últimos años demuestra la existencia de este grupo. La evidencia de la ocupación Inca está dada por el mismo camino que según las crónicas lo mandó a construir Huayna Capac en su viaje a Quito; el camino que viene de Huánuco Pampa (principal sitio cerca de Huari) sigue hacia Yauya, Conchucos y Huamachuco.

Los vestigios arqueológicos Incas fueron fechados (relativamente) por su ubicación dentro del Qhapaq Ñan, la mayoría de ellos se halla a un lado de dicho camino y lo constituyen principalmente tambos (al menos es lo que indica la toponimia del lugar).

Según Garcilazo la conquista de la región andina de Ancash fue obra del generalísimo Inca Cápac Yupanqui, hermano de Pachaccutec, quien gobernaba el Imperio del Tawantisuyu y del príncipe heredero Tupac Yupanqui, que acompañaba a su tío, a quien le tocó realizar después la conquista de la costa del Señorío de Gran Chimú. También señala que desde Chucurpa ambos habrían mandado apercibimientos acostumbrados a las provincias vecinas, sometiéndose la de Pinco, más no así los señoríos de Huaraz, Yauya, Piscobamba y Conchucos, los que deponiendo sus rivalidades se unieron para defender su independencia contra el enemigo común, en una guerra larga y sangrienta, y que sólo sitiados por el hambre, los coaliados se rindieron; sólo los Yauyas se sometieron en las provincias del norte y de buena voluntad el curaca de Huamachuco (Amat 1971: 35).

Estas tierras fueron testigos de la lucha practicada entre los ejércitos de Huascar y Atahualpa, donde hubo un combate cerca al puente de Pomachaca. Cieza de León señala al respecto que las tropas de Huascar abandonaron el campo quemando el puente en su retirada, por lo que Calcuchimac, general de Atahualpa, se arrojó y cruzó a nado seguido de varios de los suyos dando muerte a los soldados fugitivos de Huascar (Antúnez 1929).

UBICACIÓN DEL TRAYECTO DEL CAMINO PREHISPÁNICO INTERVENIDO.

El área intervenida se inicia en la confluencia de los ríos Huaritambo y Mosna, los que forman el río Pushca, en la provincia de Huari, 147 km al este de la ciudad de Huaraz, en el departamento de Ancash.

La sección del camino registrado comienza en el puente Pomachaca, situado en las coordenadas UTM N 8 960 868 y E 264 812 (distrito de Huari), pasando por el sitio arqueológico Ushnu Cruz (N 8 960 610 y E 266 695, a 2 950 m.s.n.m.), el Centro Poblado de Castillo (N 8 959 653 y E 267 464), culminando en el sitio arqueológico de Soledad de Tambo (N 8 958 646 y E 268 314), en el distrito de Huachis. (Fig. 2).

EL CAMINO PREHISPÁNICO (TRAMO POMACHACA – SOLEDAD DE TAMBO).

La metodología tomó en cuenta una serie de ítems considerados en una ficha técnica, basados en los siguientes criterios:

El trayecto va desde la localidad de Pomachaca hasta la localidad de Soledad de Tambo, con una distancia de 6 280 km, en cuyo recorrido existen una serie de elementos arquitectónicos, con diferentes aspectos de conservación, composición y función.

El tramo fue dividido en dos sectores: desde Pomachaca hacia el C. P. Castillo y desde allí hasta Soledad de Tambo.

Cada sector se subdividió en segmentos definidos a partir del corte de la carretera o por su asociación directa con un centro poblado. (Figuras del 3 al 13).

Los segmentos se dividieron en unidades establecidas por su orientación en línea recta.

El procesamiento de los datos ha permitido la obtención de valiosa información, además del desarrollo de unidades analíticas como:

- Material constructivo empleado.

- Técnica constructiva.

- Diseño (forma y función).

Si bien, cada unidad muestra características particulares registradas en sus respectivas fichas técnicas, se debe precisar que el ancho promedio del trayecto intervenido es de 2,35 m.

La información concerniente a las características de los elementos asociados indica que la disposición de las gradas de las escalinatas y descansos se ha establecido en base a su conservación, ya que en algunas unidades han desaparecido. Siendo el tamaño promedio del paso: 38,06 m y del contrapaso14,5 m.

En cuanto a la composición de todos los elementos arquitectónicos que conforman el camino, se ha determinado que se empleó indistintamente dos tipos de roca: sedimentaria y volcánica, con presencia (en algunos casos) de fósiles de especies marinas (algas y moluscos).

LA CONSERVACIÓN INTEGRAL: ACCIONES Y CONSIDERACIONES

La Conservación Integral aplicada en la intervención arqueológica implicó la participación de las comunidades insertas en el área de estudio, mediante mecanismos adecuados, dentro de distintas etapas relacionadas con la limpieza y mantenimiento del patrimonio arqueológico.

Todas aquellas actividades se realizaron según lo estipulado en una serie de normas internacionales (cartas y convenciones) concernientes al Patrimonio Cultural, particularmente el arqueológico, ya que su aplicación permite la salvaguarda de los monumentos prehispánicos en beneficio de las actuales y futuras generaciones:

- Carta de Venecia (Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos y de conjuntos histórico-artísticos)[1]

- Carta del Restauro 1972[2]

- Carta de Burra[3]

- Declaración de Xi’an sobre la Conservación del Entorno de las Estructuras, Sitios y Áreas Patrimoniales[5]

El desarrollo de la metodología para la Conservación Integral tomó en cuenta una serie de aspectos, tales como: el enlace con la comunidad, la limpieza, consolidación y restauración de los elementos constitutivos del camino prehispánico y los restos asociados. (Figuras 14 y 15).

En síntesis, la conservación de la sección entre Pomachaca y Soledad de Tambo implicó dos aspectos: técnico y social, puesto que el camino como elemento integrador y conformante del Patrimonio Cultural del Perú requería un tratamiento particular; en ese sentido se propuso una estrategia enmarcada en laConservación Integral, enlazando a la población aledaña con el área de estudio y con los profesionales y técnicos encargados de conducir las labores de campo.

Para realizar la intervención material en la conservación se ha tomado en cuenta que el camino, de más de cinco siglos de antigüedad, perdió su función principal al momento de la desestructuración del sistema administrativo incaico con la llegada de los españoles en el siglo XVI, dejando de lado la comunicación entre los establecimientos del gobierno incaico, dando paso a la comunicación entre reducciones y haciendas, abriendo nuevos senderos y afectándolos con animales de carga que antes no se conocían. Dichas afectaciones continuaron y su mantenimiento fue casi nulo. En la actualidad, la construcción de una carretera destruido partes del camino, a lo que se agrega las obras de tendido eléctrico e instalaciones de agua y desagüe, aunque su uso continúa.

Por esta razón, mantener en su totalidad los elementos auténticos y el diseño original resulta una tarea difícil, por lo que se procedió a combinar las técnicas de conservación y restauración sobre la base del camino prehispánico, dando atención a aquellos elementos que permiten su consolidación, pero adecuándolos al trayecto que sigue en uso y tomando en cuenta las afectaciones.

Las labores de limpieza, consolidación de elementos, mantenimiento y borrado de pintas, así como la construcción de nuevos muros de contención para la protección del camino, junto con nuevas canalizaciones y apertura de cunetas, son el resultado de la aplicación de técnicas de conservación sobre un camino prehispánico que continúa y seguirá en uso por la población.

La Conservación Integral también contempló la enseñanza del cuidado y respeto al patrimonio arqueológico y cultural, mediante talleres, charlas y participación en Asambleas Comunales, labor que tuvo acogida por ser innovadora en los poblados donde se participó.

CONCLUSIONES

1. El estudio del camino prehispánico es una tarea que debe implicar la sistematización de su registro y en la medida de lo posible establecer acciones de conservación.

2. El nombre oficial del camino prehispánico es Qhapaq Ñan ya que era la vía principal del cual se desprendían una serie de caminos laterales o secundarios, uniendo todo el territorio, con instalaciones y almacenes bien planificados y abastecidos (Qollqas), y Tambos para el descanso con adecuada disponibilidad de agua. Su origen se remonta hasta hace 2500 años antes de los Incas. Incluso 1000 años antes de Cristo había un intenso tráfico por estos caminos con rutas establecidas a partir de un plan económico, social y también ritual o religioso.

2. La sección estudiada fue en tiempo de los incas parte del Qhapaq Ñan, aquel camino que provenía del Cusco y llegaba hasta Quito, uniendo ciudades importantes y del cual partía un sin número de caminos transversales. Sólo es comparable en importancia y trascendencia con el gran camino de la costa que iba desde Poquera en Tacna hasta Cabeza de Vaca en Tumbes, en el Perú.

3. El tramo intervenido une las localidades de Pomachaca y Soledad de Tambo (6 2806 km), pero como vía principal del Qhapaq Ñan llega hasta el gran centro ceremonial – administrativo de Huánuco Pampa.

4. Respecto a las construcciones asociadas se distinguen dos tipos: Ushnu Cruz y las terrazas agrícolas. La presencia de Ushnu Cruz avala la hipótesis de que los Incas maximizaron la producción y la controlaron en esta área. Las terrazas se distribuyen sucesivamente desde las partes más bajas hasta los sectores medios de los cerros.

5. La metodología empleada en el registro ha permitido identificar:

a.- Técnica constructiva.

b.- Material constructivo.

c.- Diseño (forma y función).

6. La puesta en valor del camino prehispánico de Huachis y otros atractivos turísticos es un proceso que se ha iniciado con el apoyo de las autoridades locales y la participación de la población aledaña. Su registro, conservación y habilitación turística es una tarea que continúa en procura de un beneficio socio-económico para las comunidades del distrito. En este caso, el antiguo camino sigue en uso después de más de 500 años, su mantenimiento beneficia a las actuales poblaciones que se hayan en su trayecto.


[1] Elaborada en el II Congreso Internacional de Arquitectos y de Técnicos de Monumentos Históricos, realizado en Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964. Aprobada por ICOMOS en 1965.

[2] El Ministerio de Instrucción Pública de Italia en el intento de llegar a criterios uniformes en la actividad específica de la Administración de Antigüedades y Bellas Artes en el campo de la conservación del patrimonio artístico, ha reelaborado, teniendo en cuenta la opinión del Consejo Superior de Antigüedades y Bellas Artes, las normas sobre restauración. Tales normas reciben el nombre de "Carta del Restauro 1972".

[3] Adoptada el 19 de agosto de 1979 por ICOMOS Australia (Comité Nacional Australiano del ICOMOS). Actualizada el 23 de febrero de 1981, el 23 de abril de 1988 y el 26 de noviembre de 1999. La Carta de Burra provee una guía para la conservación y gestión de los sitios de significación cultural (sitios del patrimonio) y se basa en el conocimiento y experiencia de los miembros del ICOMOS Australia.

[4] Preparada por el Comité Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico (ICAHM) y adoptada por la Asamblea General del ICOMOS en Lausana en 1990.

[5] Declaración de Xi’an Sobre la Conservación del Entorno de las Estructuras, Sitios y Áreas Patrimoniales. Adoptada en Xi’an, China, por la 15ª Asamblea General del ICOMOS, el 21 de octubre de 2005. Versión Final, 22 de octubre de 2005.




Figura 1. Mapa del Camino Inca según J. Hyslop (1992).


Figura 2. Mapa de ubicación del distrito de Huachis con relación a la provincia de Huari.


Figura 3. Ubicación de los segmentos registrados en el camino prehispánico entre Pomachaca y Soledad de Tambo.



Figura 4. Camino prehispánico: Segmento I, margen derecha del río Puccha.


Figura 5. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento II.


Figura 6. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento III.


Figura 7. Camino prehispánico: Vista del inicio del Segmento IV.


Figura 8. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento V.



Figura 9. Camino prehispánico: Vista de la parte final del Segmento V e inicio del Segmento VI.


Figura 10. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento VIII, en las afueras del Centro Poblado de Castillo.


Figura 11. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento VIII.


Figura 12. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento IX, hacia Soledad de Tambo.


Figura 13. Camino prehispánico: Vista de la parte final del Segmento IX, en el sitio arqueológico de Soledad de Tambo.


Figura 14. Habilitación de un canal en el camino prehispánico.

Figura 15. Retiro de vegetación entre las estructuras del sitio arqueológico de Ushnu Cruz.