Monday, November 01, 2010

Cultura Recuay en Huari

LA CULTURA RECUAY EN HUARI:

LAS TUMBAS DE USHNUJIRCA EN PACHACHACA (200 – 600 d. C.)

Bebel Ibarra Asencios

Ricardo Chirinos Portocarrero

Lucia Borba Harumi

INTRODUCCIÓN

Posteriormente a la desaparición de Chavín de Huántar, surge otra expresión cultural en la sierra de Ancash, así como en la costa, es el caso de la Cultura Recuay, la cual está caracterizada por una gran cantidad de cerámica blanca de caolín con decoración negativa; así como una gran variedad de monolitos con representaciones diversas.

La cerámica y la escultura son bien conocidas, más no así su arquitectura, pues sólo se tiene evidencias de soterrados o tumbas subterráneas, las cuales se pueden observar en los sitios de Mashuanco en Pariucro, Chullín en Ampas, Katayoc en Huántar, Cashapallan en Colcas, en Oguapampa y Gelleygaga en Huamparán y en Ushnujirca en Pachachaca. Pero aún no se ha podido hallar una arquitectura de tipo ceremonial o doméstica.

Podría interpretarse a los Recuay como un pueblo guerrero por las representaciones en su litoescultura y que tuvo una clase sacerdotal bien diferenciada como lo demuestran sus ceramios; así mismo construyeron fortificaciones como se puede ver en las representaciones de su cerámica, pero en la zona de Huari no existe huella de fortificaciones correspondiente a ese período.

Los trabajos en Ushnujirca fueron auspiciados por la Municipalidad Provincial de Huari y fueron realizados entre enero y febrero del 2008, como parte del Programa de Conservación del Patrimonio Arqueológico de Huari.

TERRITORIO DE LA CULTURA RECUAY

Estudios arqueológicos indican que esta cultura se desarrolló alrededor del primer siglo de nuestra era y duro hasta 600 años a. C., siendo el área principal de su desarrollo el Callejón de Huaylas y la provincia ancashina de Pallasca, hacia el Norte.

Se extendió hacia el Este de la Cordillera Blanca: la zona de los Conchucos y hacia el Oeste en toda la Cordillera Negra y las cabeceras de los valles costeños de Huarmey, Casma, Nepeña y Santa.

Parece que existieron varios cacicazgos o pequeños reinos Recuay en Cabana, Caraz, Huaraz, Catac, Aija y Huari (principalmente en Huamparán). Aunque todos compartieron muchos elementos culturales, se puede distinguir los centros regionales por diferencias en su cerámica y litoescultura.

En el sitio de Pashash en Cabana se aprecia arquitectura monumental que consiste en muros y edificios de piedras grandes. Existen construcciones semejantes en Incawaín cerca de Caraz y en otros sitios. En Huaraz, Ticapampa y Catac presentan grandes tumbas subterráneas de élite Recuay. Además, se ha identificado asentamientos de esta cultura en Pashash, Balcón de Judas cerca de Huaraz y sobre los restos de Chavín de Huantar, donde se ven sus humildes habitaciones. Deben existir muchos otros asentamientos Recuay por descubrir y estudiar.

Como aproximación preliminar de la Cultura Recuay puede indicarse que fue un desarrollo regional de la sierra de Ancash, varios siglos después de la caida de la Cultura Chavín. Su economía se basó en la agricultura de tubérculos, maíz y otros cultivos; en la crianza de llamas y en el intercambio comercial entre zonas adyacentes de la selva y costa. Probablemente facilitado por recuas de llamas para transportar productos entre distintos pisos ecológicos. Además, produjeron artesanía fina en cerámica, metal y textiles que se exportó a otras regiones. Mantuvieron contacto con las culturas coetáneas de Huamachuco y Cajamarca en la sierra norteña y con las culturas costeñas de Gallinazo, Moche y quizás Lima y Nazca (Wegner 1996: 2 - 4).

EL SITIO DE USHNUJIRCA

El Sitio Arqueológico Ushnujirca corresponde a un cementerio, constituido por un gran número de tumbas subterráneas.

El sitio se encuentra a 200 m del lado Este de la Carretera Huari – San Luis (coordenadas UTM 260941 E y 8978624 N) en la Comunidad de Pachachaca, Valle del Huaritambo. Localizado en área de Fondo de Valle (Ibarra 2004), en piso quechua, y cuenta con una altitud de 3670 msnm. Está ubicado en la cima de un pequeño cerro, cubriendo un área aproximada de 8250 m², con medidas de 75 m de Este a Oeste y 110 m de Norte a Sur.

El área principal del sitio está conformada por una serie de tumbas (Fig. 1), las cuales ocupan un área aproximada de 19 por 50 m y se localiza en la parte más alta del cerro. Está delimitada por un muro perimétrico (identificable por el desnivel de 20 a 30 cm del piso y por algunos puntos de alineamiento de piedras) y tiene una forma alargada de Norte a Sur, acompañando la inclinación natural del terreno.

En el lado Este, el sitio presenta una terraza de 100 m de largo y aproximadamente 20 m de ancho. Después de la terraza sigue una fuerte pendiente. En el lado Oeste se aprecia dos niveles aplanados y el terreno desciende suavemente, llegando a áreas de puquiales. El lado Sur limita por una fuerte pendiente que se inicia a pocos metros del muro perimétrico y el lado Norte no es fácil de definir, debido a que el terreno sigue plano por una larga distancia. En este caso, consideramos su límite como el punto más al Norte en que se presentan vestigios arqueológicos, que corresponde al final de la terraza del lado Oeste.

En el área principal del sitio, se tiene un total de 18 tumbas. Estas fueron descubiertas y expuestas por un “huaqueo” realizado en 1999, puesto que se tratan de estructuras subterráneas.

En la parte superior, hacia el lado Este, las tumbas consisten en pequeños nichos circulares o rectangulares, usados para depósito de los huesos (Fig. 2). Uno de esos nichos tiene al frente, en la superficie, una pequeña escalera de acceso, lo que indica cierta importancia del personaje o de los personajes allí enterrados, ya que es la única escalera del sitio. Este tipo de tumbas también se encuentran en Guelleygaga, en la parte baja de Huamparán, siguiendo dirección al rio Huaritambo (Fig. 3) y también se han registrado en el valle de Chacas, y corresponderían a los periodos tempranos de Recuay o inmediatamente después de Chavín, es decir hacia los 200 a. C.

En el nivel más bajo del área principal del sitio, en su lado Este, se encuentran las tumbas subterráneas, que consisten en pequeñas cámaras de planta aproximadamente rectangular, internamente subdivididas o no, alineadas en el sentido Norte - Sur y con accesos independientes orientados hacia el Este (Fig. 4).

Arquitectura: Técnicas constructivas

El análisis del diseño arquitectónico y la técnica constructiva de las estructuras del Sitio Arqueológico Ushnujirca se basó principalmente en las partes internas de las tumbas, ya que las partes externas están poco expuestas.

Las paredes internas de las tumbas están constituidas por piedras de diferentes tamaños, generalmente de forma rectangular redondeada y unidas con argamasa de barro. Entre las piedras mayores encajan piedras pequeñas. En algunos casos se observa el uso de “pachillas” (pequeñas piedras rectangulares delgadas dispuestas horizontalmente entre piedras mayores) en pequeña cantidad.

Las entradas de las tumbas son constituidas por tres piedras rectangulares: dos jambas y un dintel, y contienen también dos paredes de piedras en sus lados laterales externos, formando un pequeño pasadizo. Tales entradas son reducidas, midiendo en promedio 45 cm de ancho y la misma medida de altura. En algunas tumbas se tiene una primera entrada, luego una pequeña cámara y enseguida una segunda entrada, alineada con la primera, dando acceso a la cámara principal, de mayores dimensiones. En otra tumba se tiene una primera cámara y en seguida dos cámaras mayores dispuestas de lado a lado (Estructura 6). Las cámaras tienen plantas rectangulares, en algunos casos con las esquinas en ángulo obtuso, siendo sus dimensiones variables, con medidas mínimas de 65 por 88 cm y máximas de 1,40 por 2,27 m.

En tres tumbas (Estructuras 3, 5 y 6) se aprecian hornacinas internas, tanto en la pared frontal como en las paredes laterales de la cámara principal. Tienen forma cuadrangular, con medidas medidas de 20 cm por lado y 10 a 15 cm de profundidad. Posiblemente sirvieron para contener ofrendas dedicadas a los muertos.

El techo interno de las tumbas es constituido por lajas de grandes dimensiones (midiendo de 30 cm a más de 1 m de ancho), encajadas de lado a lado (Fig. 5). De igual forma, los nichos funerarios tienen grandes lajas que los tapan, aunque en la mayor parte de ellos tales lajas han sido removidas.

En el interior de una de las tumbas existen dos piedras pulidas, incrustadas en la pared frontal, cerca al techo. Las piedras miden aproximadamente 40 por 50 cm. En una de las piedras el pulimento forma un hundido en la superficie, acompañando el contorno de la piedra, resultando así una forma rectangular redondeada. En la segunda piedra, se tiene un motivo similar, conformado en alto relieve. Una interpretación del significado de tal tipo de trabajo y de la simbología que involucra demanda una profundización de los trabajos en el sitio, bien como una investigación acerca de la iconografía referente a la cultura a que está asociado. De todas formas, se trata seguramente de un trabajo de carácter ceremonial funerario, probablemente exclusivo a ese tipo de contextos.

El material arqueológico

Durante los trabajos se encontró material cerámico, probablemente proveniente del interior de las tumbas, como ofrendas a los muertos y removido por el “huaqueo”.

Fueron recolectados en total 198 fragmentos cerámicos, mayormente fragmentos de paredes de vasijas, bordes y bases. La pasta de la cerámica es muy variada respecto a su coloración (roja, marrón oscura, negra o blanca) y contextura (compacta o porosa, lisa o áspera). Muchos fragmentos presentan decoración pintada en negro y principalmente en rojo, con líneas delgadas o anchas. También se observan fragmentos con engobe blanco o rojo. La forma de los bordes es variable, con labios evertidos o directos. Los ejemplares de bases encontradas son generalmente en forma de pedestal.

Otro tipo de material cerámico encontrado fueron los fragmentos modelados de esculturas cerámicas, tal vez partes de vasijas. Hay un interesante fragmento que aparentemente es parte de una figura antropomórfica y presenta engobe blanco; otro fragmento es posiblemente la representación de una cabeza de ave, con vestigios de engobe blanco y pintura roja.

Además del material recolectado en el proceso de trabajo, se pudo tener acceso a vasijas anteriormente retiradas de las tumbas por el propietario del terreno donde se encuentra el sitio (Fig. 6 y 7).

LA ESCULTURA DE ESTILO RECUAY EN HUARI

No sólo la cerámica de caolín es la principal característica de la Cultura Recuay, sino también su litoescultura, en la cual existe una gran cantidad en el Museo de Arqueología de Ancash en Huaraz, la mayor parte de las esculturas encontradas en Huari, corresponden a estatuas las cuales son esculturas en bulto de hombres y mujeres de 0,5 a 1,5 m de alto. La mayoría está sentada con las piernas rectas o cruzadas y las manos sobre las rodillas. Muchos hombres llevan un tipo de arma, como un mazo, un escudo cuadrado o redondo, un rico tocado adornado con manos-trofeos humanos y, a veces, un plumaje semilunar, grandes orejas redondas, cabezas trofeos-humanos suspendidos sobre el pecho y la espalda y a veces un collar de secciones rectangulares. Las mujeres están bien vestidas con trajes y mantas decoradas. Algunas llevan criaturas o bolsas pequeñas.

Se desconoce su función original, es posible que sirvieran de objetos en memoria de los difuntos importantes que se colocaban en tumbas colectivas. En el sitio de Chinchawas en la Cordillera Negra, estos monolitos se encuentran en ambos lados del acceso a una estructura.

En Huamparán se ha podido registrar una laja de piedra sobre la cual se halla tallada un personaje sentado con las piernas abiertas y báculos o bastones en ambas manos, del mismo modo se ve dos camélidos al parecer alpacas en cada lado. Son muy pocas las representaciones de camélidos en la escultura Recuay, esta laja es un representación de la fertilidad ligada a los animales, indicando la importancia de las alpacas en la economía de los antiguos huarinos en esa época (Fig. 8).

Otra escultura, representando un personaje con las manos hacia arriba (Fig. 9), fue registrada en una casa, cercana al puente Vira (cerca al Instituto Pedagógico de la ciudad de Huari), la cual se encuentra formando parte del muro de la casa. Según los pobladores muchas de estas esculturas fueron encontradas en las localidades de Cushin y Buenos Aires.

INTERPRETACIONES PRELIMINARES

La arquitectura de las tumbas subterráneas de Ushnujirca, así como las características del material arqueológico ahí recuperado constituyen indicativos directos de que se trata de un cementerio correspondiente a la cultura Recuay. Se advierte un patrón de distribución funcional y preconcebida de las tumbas, con los nichos funerarios al Oeste, en la parte más elevada del terreno y las cámaras funerarias alineadas al Este, con sus accesos orientados hacia esa dirección. Sin embargo, es probable que las deposiciones hayan sido hechas progresivamente y no al mismo tiempo (Ibarra 1994).

Este sitio, junto con el Ogupampa[1], constituyen un modelo de la organización de los cementerios de la sociedad Recuay; hasta el momento se han identificado principalmente tumbas subterráneas.

La mayor parte de los asentamientos de este período está conformada por montículos y los pirushtus, estructuras de forma circular (a modo de eras) que se encuentran en la cima de los montículos, existen una gran cantidad en Cajay.

Si bien, la arquitectura de las tumbas es conocida, no hay información de la existencia de restos óseos en el interior de éstas, por lo que se presume que fueron saqueadas en épocas prehispánicas.



[1] Ogupampa estaba dentro de los sitios ha ser investigado dentro del proyecto, pero esto no se concretó por la negativa de los propietarios a realizar investigaciones en este sitio, limitando de esta manera el conocimiento de nuestro pasado.

Figura 1. Plano del sitio de Ushnujirca.


Figura 2. Tumbas tipo cista.


Figura 3. Tumba tipo cista en Gellygaga.


Figura 4. Vista de entrada de las tumbas.


Figura 5. Vista general de las tumbas.


Figura 6. Ceramio estilo Recuay encontrado en el sitio.


Figura 7. Cerámica recuperada durante los trabajos.


Figura 8. Escultura en bajo relieve que representa a un personaje con báculos acompañado de un camélido en cada lado.


Figura 9. Escultura en bajo relieve de estilo Recuay hallado en Cushin, Huari. Actualmente forma parte del muro de una casa en la esquina del puente Virá, camino al instituto pedagógico.